Harley Quinn

Harleen Quinzel trabajaba como psiquiatra en el Asilo Arkham. Uno de sus muchos pacientes fue el Joker, por quien sintió una fuerte atracción, todo un ejemplo del síndrome de Estocolmo. Así pues, Harleen tomó la identidad de Harley Quinn, se disfrazó de bufón y comenzó a delinquir al lado de su admirado Joker.

La relación entre estos dos alocados personajes no podía ser menos inusual. Cada dos por tres el Joker la rechazaba e intentaba matarla, pero Harley sentía tanto aprecio por su "pastelito" que no le importaban estos cambios de humor. En ocasiones Harley ha actuado por cuenta propia o acompañada de su buena amiga Hiedra Venenosa. Es más, Hiedra parece sentir cierto recelo por el Joker, y se cree que puede deberse a que se siente atraída sentimentalmente por Harley.

Harley no tiene poderes sobrehumanos, pero es una gran atleta y se mueve de un lado para otro con una velocidad pasmosa. Lleva toda una serie de artilugios, aparentemente cómicos, que usa como armas. A diferencia del Joker, el color blanquecino de su rostro es un simple maquillaje, de maner que Harley puede pasar por una persona corriente y en multitud de ocasiones se hace pasar por guardias de seguridad, policías o lo que haga falta para llevar a cabo sus planes. Su desequilibrado estado mental hace de Harley una persona imprevisible.